Recibir, crear, escribir, compartir, leer

Durante muchos años he estado escribiendo en diarios personales y cuadernos de trabajo y, desde hace unos diez, también en blogs. Una buena parte de lo que he escrito no lo había compartido nunca, pero en 2019 y 2020 sentí la necesidad de hacerlo mucho más. En parte, porque en marzo de 2019 empecé a canalizar material que incluía insistentemente la idea de que “esto debe ser compartido como viene y cuando viene.” Ahora, en 2025, es mucho más claro para mí cuál era el propósito de que recibiera esas canalizaciones. En gran medida, eran una preparación para lo que iba a venir más tarde, que es el libro en el que llevo trabajando un año y medio y que espero completar a finales de 2025.

Aparte del material canalizado, todo lo que escribo lo escribo movido por mis inquietudes e intereses, y haciendo siempre todo lo posible por saber escuchar a mi voz interna y escribir con la mayor claridad posible. Mi único objetivo al compartirlo es precisamente ese: compartirlo. Ya he aprendido que todas las voces merecen, necesitan y deben ser escuchadas, y que siempre habrá al menos una voz con la que resonará lo que uno tenga para ofrecer.

Este blog va a ser el definitivo. En este momento, tengo mis escritos en otros dos blogs y en mis diarios y cuadernos de trabajo. Voy a ir publicando aquí, poco a poco, una buena parte de ese material, además de todo lo nuevo que escriba a partir de ahora. Es una tarea que me va a llevar años.  La escritura ha sido compañera de camino desde que era un niño, y lo va a seguir siendo el resto de mi vida.

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Te doy sinceramente las gracias por estar aquí, tanto si lees sólo esta introducción o el blog entero. Llegues hasta donde llegues, espero que disfrutes de la lectura.

¿Por qué los símbolos?
José María Ribal Torre José María Ribal Torre

¿Por qué los símbolos?

El abrumador predominio del racionalismo convirtió la vida simbólica en materia de estudio mental, sobre todo, y cuanto más lo hacía, más desconectados quedábamos de la vivencia de lo simbólico, que es una de las formas en que nos mantenemos conectados con la divinidad, pero no una divinidad externa, ajena a nosotros, sino la divinidad dentro de nosotros, la que somos.

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