16

(Recibido el 28 de mayo de 2019)

Estaba descansando al mediodía y, en medio del sueño que estaba teniendo, apareció el número 16, como “incrustado” ahí. Lo recibí de la misma forma que recibí la imagen del segunod símbolo, el 5 de Marzo. Me desperté de inmediato y no sabía qué significaba el 16. No sentía que fuese el tercer símbolo. Esperé unos minutos y entonces la voz interna me dijo que mirara en el Contrato de Alma y buscara el número 16.

Abrí la carpeta de los materiales sobre el Contrato de Alma al azar, y se abrió por el apartado de la Palabra, consistente en mensajes divinos canalizados en relación con cada uno de los 22 números del sistema de la Numerología Espiritual de Moisés. Busqué el mensaje divino correspondiente al número 16, y era este:

Fuerzas negativas siempre estarán activas para arrastrar a la humanidad al fondo de los pozos de la oscuridad, el desespero y la privación. Está en la naturaleza de los seres humanos, enraizada en la materialidad, mirar a cualquier símbolo para representar lo último, para aceptar lo que le es representado visualmente. Los sentidos físicos les rigen y dictan sus acciones.

Hay que abrirles los ojos. Se les debe dar a conocer su objetivo último y la ayuda que está dentro de ellos siempre, en todo momento.

Según esto, entendí que la información sobre el sistema de símbolos presentados como cartas que me había estado llegando tenía un objetivo claro, y no veía otra forma de que ese objetivo se pudiera alcanzar más que compartiendo esa información de la manera más eficiente posible.

Seguí investigando en el material del Contrato de Alma. Cuando se modifica un nombre, se está añadiendo otra capa de energías, de significados, al Contrato de Alma original. Yo llevo unos pocos años utilizando mi nombre ligeramente modificado: Josep Maria en lugar de José María. Sentí que debía comprobar los cambios que eso había introducido en mi Contrato de Alma, la capa de energías añadidas a las energías originales, que siempre están activas. Estaba convencido de que, en alguno de los siete aspectos que conforman el Contrato de Alma, aparecería el 16. Y así fue. El cambio en mi nombre había añadido una nueva capa a mi Karma Espiritual, codificada en los números 16 - 7. Ese Karma Espiritual consiste, exactamente, en lo siguiente: “Aprender a aceptar esencia espiritual y bajarla al plano de la Tierra para compartirla con otros, de una forma con la que se puedan sentir identificados, en situaciones grupales.”

La nueva capa de Talentos Espirituales está maravillosamente alineada con esta labor kármica:

“1. Tienes una mente abierta para explorar/aceptar energía espiritual intangible.

2. Tienes una enorme creatividad que viene de tu conexión con tu Yo Superior.”

Este segundo punto, además, me recordó de inmediato algo que Robert Schwartz, el autor de El Plan de tu Alma y El Don de tu Alma, dijo en un evento suyo al que asistimos en Noviembre de 2017. Respondiendo a una pregunta de la audiencia, dijo que, después de muchos años de trabajar con regresiones a vidas pasadas y canalizaciones de mediums que colaboran con él, llegó a la conclusión de que lo que las personas llamamos imaginación no existe; es decir que, cuando creemos que hemos creado algo, inventado algo, tenido una idea original sobre algo, en realidad lo que estamos haciendo es recibir información de nuestro Yo Superior o de otros planos.

Por último, comprobé la capa añadida a mi Destino de Alma (8 - 8): “Enraizar las energías del alma, especialmente los Talentos Espirituales, y relacionarlos con la sociedad.”

Ese día empecé a pensar en la posibilidad de crear un blog como uno de los medios para compartir lo que había recibido, y todo lo que pudiera recibir en el futuro.

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