El Agua y la Tierra
(Canalizado el 21 de marzo de 2021)
El agua, el mar, trae un huevo, da origen a la tierra, y la tierra dará origen al resto de la vida, junto con el mar. El mar es el origen, de él proviene la primera semilla de la vida en la tierra. El mar proviene de la combinación de gases, que son elementos auxiliares, primarios, en el proceso de creación de vida. La función del oxígeno y el hidrógeno es generar el agua, el primer elemento generador de vida completa. Del agua surge vida más densa, más cargada con capas energéticas capaces de manifestar Vida en el seno de la forma. La energía femenina del mar genera la forma de vida masculina que luego, a su vez, generará vida de nuevo en el mar, fecundando ese mar ya como algo más que el producto de una combinación de gases, sino como el elemento receptor primero, y generador después, de nueva vida a partir de su fecundación por parte del huevo, para crear una vida, desde la vida, que integre la energía femenina y la energía masculina primarias. Es un símbolo del nacimiento y renacimiento de la vida. Los símbolos no son nuevos, sus significados son capas añadidas a las que ya existen. El momento de dibujarlo es un momento creador / activador del potencial de esta combinación simbólica, que va más allá de los significados simbólicos conocidos hasta ahora. Este es origen de vida, vida en origen. De estos dos elementos generadores directos de vida surgirá toda la vida conocida, con la ayuda de los elementos auxiliares del Aire primero (de Aire a Agua) y del Fuego después, que hará posible la transformación de la tierra elemento, que gracias al Fuego fecundará al Aire, y este volverá a generar nueva Agua dadora directa de vida. Esto es otra cosmología, diferente a las conocidas. No hay contradicción, hay evolución. La imagen es clara aunque la mente tenga dificultades para visualizarla. Este origen de vida no es sólo cósmico, es también interior, individual y colectivo. Es nueva vida en la Tierra y nueva vida dentro de sus seres, nueva capacidad de generación de vida dentro de ellos y hacia fuera, hacia el planeta. La COMPLEMENTARIEDAD es un valor aquí, no es nuevo pero es básico en esta nueva cosmología. La INTERDEPENDENCIA y la COLABORACIÓN, dentro de un sistema poliédrico, polifacético, multidimensional, en el que cada capa energética, cada esencia energética, tiene su lugar y función, su potencial y su manifestación, su posición relativa respecto a otros, en armonía estructural y funcional perfecta, en perfección armónica.
Es un nuevo mensaje de un nuevo inicio. Como los símbolos anteriores, debe ser dibujado / pintado para activarlo dentro de cada individuo y colectivo. Su manifestación será clara e inmediata, y puede presentar infinitas formas diferentes, todas ellas válidas, valiosas, significativas, por igual, sin jerarquía ni predisposición preferente. Cada manifestación será la propia de cada individuo y de cada colectivo y, como tal, contribuirá y será resultado del potencial creativo nuevo, diferenciado, único, de cada uno de ellos. Nuevas realidades manifestadas, tangibles, van a ser creadas como resultado de este proceso generador de nueva vida con nuevos parámetros y valores. Es generación más consciente de vida más consciente. Más consciencia generando más consciencia. A partir de este momento y de este punto, cada cual puede acceder a su propio potencial y a su propia capacidad creadora, generadora. Esto muestra y es resultado también de la conexión de este símbolo con los tres anteriores:
- El primero, activación de la Voluntad: el libre albedrío es sagrado e imprescindible y requerido para esta activación.
- El segundo, expansión hacia el Cielo y la Tierra, para llegar a la reconexión de ambos dentro de cada individuo y de cada colectivo. La reconexión y la integración de Cielo y Tierra son imprescindibles para que exista el marco o ámbito interior y exterior en el que crear y acoger la nueva generación de vida de este nuevo símbolo de hoy, el cuarto.
- El tercero, compleción y ascensión por acción y efecto del amor y del Amor, que hace posible la compleción, después de muchos procesos espirales de sanación, y la Ascensión.
La Ascensión hace posible e implica la capacidad de generación de nueva vida desde una dimensión diferente, más elevada, más pura. Por eso la imagen es más difusa, pero también tiene dimensiones míticas, de más allá de este mundo, porque no está en este mundo. La Ascensión desde la compleción activada y alimentada por el amor lleva a los humanos a desarrollar nuevas dimensiones creativas, que nos acercan más a la Fuente Original, a la Fuerza Creadora primigenia, al Dios CREADOR que está en cada uno de nosotros como nosotros estamos en él. CREACIÓN es la marca del nuevo tiempo para los humanos ascendidos. CREACIÓN como reflejo de la esencia creadora de Dios.
La potencialidad creadora de cada individuo y colectivo que reciba o esté en contacto con este símbolo se disparará de inmediato. Se despertará primero como una fuerza, un impulso interior difícil de explicar pero claro y distinto, que pronto se materializará si hay alineamiento con los símbolos anteriores en el comienzo de una nueva espiral de ascensión.
Esto es y será ya.
Compartir es imprescindible, es parte del proceso activador y de la nueva espiral de ascensión. Sólo compartiendo, cada individuo puede hacerlo suyo y cada colectivo puede asumirlo también como propio, desde cada uno de sus individuos y para cada uno de sus individuos.