La Consciencia Crística en los siglos XX y XXI
Comparto un breve resumen de un apartado del libro que estoy escribiendo sobre el Contrato de Alma de una persona clave en la vida colectiva española del último cuarto del siglo XX, en el que explico una parte del contexto espiritual en el que sitúo el tema del libro. Ese contexto espiritual es el despertar masivo de la Consciencia Crística.
En su libro La encarnación de Cristo en Jesús de Nazareth, Rudolf Steiner afirma que
a partir del siglo XX la vida de Cristo se podrá sentir cada vez más en el alma de los seres humanos, como una experiencia directa personal (…) habrá un número cada vez mayor de quienes puedan comunicar el saber acerca de la entidad de Cristo tal como lo da la ciencia espiritual. Lo podrán enseñar y anunciar por su propia experiencia (…) A partir del siglo XX, se realizará el resurgimiento de su conciencia.
Pasado el primer cuarto del siglo XXI, ya tenemos la suficiente perspectiva como para identificar con claridad algunos de los momentos en los que la Consciencia Crística se ha mostrado colectivamente en formas coherentes, en cada ocasión, con el desarrollo espiritual de la humanidad y con los recursos conocidos por los humanos más apropiados para alcanzar a un gran número de personas en muy poco tiempo y, a la vez, dejar permanentemente presente la energía de la semilla plantada a través del proceso de encarnación del Cristo en Jesús de Nazareth.
Hay cuatro acontecimientos clave en ese progresivo despertar de la Consciencia Crística en el interior de los seres humanos. Dos de ellos se dieron en el siglo XX, y los otros dos se están dando en el presente siglo.
La Declaración Universal de Derechos Humanos
Susan Waltz, en su artículo Reclaiming and rebuilding the history of the UDHR, revisa y cuestiona lo que ella denomina cuatro mitos que se han creado en torno a la UDHR y que se mantienen aún, oscureciendo aspectos clave de la verdad sobre ese documento. De los cuatro, aquí nos interesa el primero, según el cual la Declaración Universal de Derechos Humanos surgió como una reacción a la barbarie nazi. Pero lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial no es más que el contexto en el cual surge la llamada Declaración Universal de Derechos Humanos, la cual no es resultado directo del horror de la Segunda Guerra Mundial, sino la materialización de un movimiento que había empezado a ser muy visible ya a principios de siglo, en varios países occidentales, asiáticos y africanos. Esta matización cronológica es muy importante, porque invierte no sólo el orden de los factores sino también la relación entre ellos: las dos guerras mundiales fueron la reacción a un creciente movimiento de expansión de consciencia en torno a la libertad, dignidad y unidad de los seres humanos como individuos y como miembros de colectivos nacionales. El hecho de que la Declaración Universal de Derechos Humanos tenga un claro componente cristiano no es lo que hace que sea una manifestación de la Consciencia Crística, sino el hecho de que es un texto surgido de la colaboración de representantes de naciones, culturas y sistemas religiosos de todos los continentes, y que recoge de forma explícita e inequívoca valores, principios, que forman parte de lo que denominamos Consciencia Crística: la unidad de todos los seres humanos; la fraternidad entre ellos; la libertad; la concepción holística, integral, de la vida, incluyendo su dimensión espiritual; la concepción de las estructuras colectivas como recursos puestos al servicio de las personas, y no al revés.
La ópera rock Jesus Christ Superstar
El efecto predominante y persistente de este espectáculo es el de despertar un vínculo directon con la figura de Jesús, mostrato sobre todo a través de su humanidad, y mucho menos por su divinidad, a la que se alude en muy pocas ocasiones. Desde el punto de vista del nuevo despertar de la Consciencia Crística, lo esencial es la transmisión de una imagen humana de Jesús, que busca la comunicación directa con la gente sin convertirse en un revolucionario social ni político, y que es amado, como hombre, por la mujer protagonista del relato, María Magdalena. El objetivo era fijar la presencia de un Jesús humano, cercano, en el consciente y en el subconsciente colectivos, de manera que millones de personas tuvieran la sensación consciente de “llevar a Jesús dentro”, aunque fuera, de momento, como una figura externa, pero con la que pueden identificarse. Es una fase preparatoria para la recepción de un Jesús menos ficticio y más completo, que llegará con el tercer acontecimiento de los que comento aquí. Por otra parte, la ópera rock Jesucristo Superstar producida y protagonizada por Camilo Sesto tuvo una muy especial significación simbólica, espiritual, energética, en el contexto español en el que surgió. Explicaré esto con mucho detalle en mi libro.
Jeshua, canalizado por Pamela Kribbe
Actualmente, varias personas están canalizando mensajes de Jeshua, el ser espiritual encarnado en Jesús desde su Yo Espiritual más evolucionado, el Cristo. Jeshua se está mostrando a la humanidad de una forma mucho más directa y más completa: perfectamente conocedor de la vivencia humana; de la psicología de la personalidad; de todos sus procesos y matices, por sutiles que sean, de las relaciones humanas, tanto la relación con uno mismo, como las relaciones con otras personas y con la dimensión espiritual de la existencia contemplada desde la densidad de esta dimensión. La labor de Jeshua, a través de Pamela Kribbe, está especialmente enfocada en los denominados “Trabajadores de la Luz”, a los que podemos percibir, en cierto modo, como los continuadores de la tarea de vivencia directa y expansión de la Consciencia Crística encargada, originariamente, a los discípulos de Jesús. Jeshua apenas alude al Jesús bíblico; su énfasis está en el despertar de la Consciencia Crística y en ayudarnos a reconocernos como portadores de ella. Es el ser cósmico contectando con quienes están viviendo el despertar y el desarrollo de su espiritualidad como consciencia de su condición de seres espirituales encarnados en la Tierra.
The Chosen
Se estrenó en 2019. Los cuatro primeros episodios se emitieron en abril, y los cuatro siguientes, en noviembre. La precisión cronológica es importante: en octubre de 2019 tuvo lugar el llamado Event 201, un ensayo general del evento de alcance planetario conocido como pandemia (plandemia) COVID, un ataque frontal, directo, a la conexión de los seres humanos con su esencia divina. Más adelante explicaré con detalle la conexión entre estos dos acontecimientos. The Chosen es, en cierto modo, el evangelio de los evangelios para el siglo XXI. Muestra, sin reparos autolimitadores, con la misma fuerza y convicción, con el mismo entusiasmo, al Jesús plenamente humano y al Jesús plenamente divino, perfectamente integrados y manifiestos en el día a día de la vida de Jesús de Nazareth (magistralmente interpretado por Jonathan Roumie), y de quienes están en contacto con él. Es muy significativo que el Cristo se esté mostrando a un número creciente de personas a través de un recurso persistentemente utilizado por la consciencia Ahrimánica y la Luciferiana: la tecnología. El objetivo de los creadores de The Chosen de alcanzar a mil millones de personas sería inalcanzable si no hubieran decidido volcar una gran parte de su esfuerzo en la difusión de la serie, gratuitamente, a través de internet.
Hasta aquí esta breve introducción, en la que sólo quería dibujar un esbozo del hilo conductor de algunos de los acontecimientos más relevantes en el proceso de “reaparición” colectiva del recordatorio de la Consciencia Crística como una energía que está dentro de todos y cada uno de los seres humanos, teniendo presente siempre que no todos los humanos que vemos a nuestro alrededor son encarnaciones de seres humanos: el ser humano es el ser crístico.