No estamos solos
(17 de marzo de 2020)
Ayer tuvimos una sesión de meditación en nuestro centro. Hicimos una meditación en torno al miedo, para abrirle espacio dentro de nosotros, acogerlo, permitirle ser, y también para que cada persona encontrara dentro de sí un espacio para discernir entre sus propios miedos y los miedos inyectados desde el entorno.
Una de las participantes sintió la llamada a enfocarse en la timidez, un miedo que conecta con uno de los aspectos revelados en la descodificación de su Contrato de Alma, que hicimos hace unas semanas. Otra participante sintió con mucha fuerza el miedo a la persecución, al encierro, a la destrucción, temas vividos por su alma en encarnaciones anteriores. Hasta donde nosotros sabemos, todo lo que surgió estaba conectado con memorias álmicas antiguas, de otros períodos de vida encarnada, memorias que se están despertando ahora, no en forma de imágenes “hechas conscientes”, sino a través de la vivencia del miedo en sus múltiples formas.
Por mi parte, cuando llevábamos apenas unos pocos minutos con la meditación, sentí que algo estaba pasando. La puerta de la sala, que estaba ajustada, empezó a golpear como si hubiera corriente de aire… pero estaba todo cerrado. Sentí con una fuerza como no la había sentido nunca la presencia de seres que acudían, sin cesar, seres que llenaban todo el espacio del centro, que llegaban hasta la sala en la que estábamos y se acercaban a nosotros, se quedaban detrás de nosotros y formaban un círculo de luz y calor que nos envolvía. En un momento dado, vi a uno de ellos pasar por la sala contigua. Eran ángeles, multitud de ángeles que nos rodeaban y arropaban. Y percibí en mi interior algo que sentí que me transmitían sin palabras, y que solo puedo explicar así: la situación que estamos viviendo, que se extiende cada día más por el mundo, es una inmensa regresión a estados encarnados anteriores de millones de almas.
Después, mientras explicaba todo esto, volvió a mí un momento que había vivido el día anterior, mientras estábamos haciendo cosas en casa. Empecé a tener la sensación que habitualmente tengo justo unos segundos antes de canalizar, y me llegó un mensaje muy breve y muy claro: “Esto lo estamos haciendo nosotros. Venimos a ayudaros.”
No estamos solos.